¿Qué es artesanía, realmente?

Hay palabras que el tiempo ha vuelto cómodas. Artesanía es una de ellas. Se pronuncia con ligereza, se adorna en discursos institucionales y se estampa en ferias donde el brillo de las vitrinas a veces eclipsa el pulso que late detrás de una pieza hecha a mano. Pero detrás de esa palabra tan usada y tan poco comprendida hay una tensión viva entre lo que algunos llaman arte, otros industria y otros simplemente trabajo.

Durante años, los talleres como el nuestro han habitado ese filo. En Saenz Leather & Art el artesanía no solo se fabrica, se interpreta. Se corta, se desbasta, se cose con paciencia y con máquinas que no reemplazan las manos, sino que obedecen a su ritmo. Cada puntada, incluso la más recta y exacta, nace del juicio de un artesano, no de la programación de una línea industrial. Sin embargo, en tiempos donde se confunde la herramienta con la intención, hay quienes creen que una máquina niega la artesanía.

¿En qué momento decidimos que el uso de una desbastadora o de una máquina plana convierte el oficio en industria? El Documento Referencial Nacional de Trabajos en Cuero. (documento técnico que define los estándares del oficio artesanal) lo dice con claridad: “Los productos deben ser elaborados un 70% a mano y un 30% con apoyo de herramientas y maquinarias, teniendo siempre control total de los procesos.” Es decir: la esencia no está en el instrumento, sino en quién lo domina. Una máquina no hace al artesano menos humano; lo que importa es la conciencia con la que se produce, la relación íntima entre la mente, el material y la forma.

Pero las instituciones a veces olvidan que el oficio también evoluciona. Que la tradición no se congela en un museo, sino que respira, se adapta y se perfecciona. La marroquinería de hoy la que nace de la piel curtida con respeto y del diseño pensado para durar no es menos artesanal porque busque precisión o porque aspire a estándares de lujo. Al contrario: es la prueba de que la artesanía puede ser sofisticada sin perder su alma.

Reducir la artesanía a la imagen romántica del artesano descalzo con las manos curtidas por el tiempo es negar su fuerza transformadora. Es negar que detrás de cada pieza hay conocimiento técnico, diseño, innovación, sostenibilidad y una visión de futuro. Los verdaderos talleres artesanales son laboratorios de cultura y de excelencia: lugares donde la tradición conversa con la modernidad, donde la herramienta no sustituye el oficio, sino que lo potencia.

Por eso preguntamos, sin ironía pero con firmeza: ¿qué es artesanía, realmente? ¿Una etiqueta para clasificar o un lenguaje para crear? ¿Una vitrina o un camino? Tal vez sea hora de redefinirla desde la verdad de quienes la vivimos, no desde los formularios de quienes la evalúan. Porque el cuero no miente: la mano que lo trabaja se nota, y el alma que lo habita también.

En Saenz Leather & Art seguimos creyendo que la artesanía no es el pasado de la industria, sino su alternativa más humana. Es resistencia y es creación. Es conocimiento heredado y perfeccionado. Es la voz de quienes entienden que cada puntada es una decisión ética y estética. Y mientras existan quienes quieran reducirla a una categoría, nosotros seguiremos recordando que la artesanía no se define con un sello: se demuestra con las manos.